En estos tiempos, las marcas están en todas partes, desde un logo hasta un estilo o diseño específico, es difícil no mezclarse con el resto. Ahora bien, cuando hablamos de una marca no estamos hablando de un logo. Una marca no es una etiqueta o un gráfico, es más que eso. Es la idea, la teoría y el alma innata, de la empresa. Un logo, por otro lado, es el elemento gráfico que representa esto y comunica la marca visualmente. Es la primera impresión que se obtiene con una marca.
En otras palabras, podrías pensar en la marca como una persona redonda y dimensional y el logo como algo que representa a esta persona. La Agencia Leovel nos cuenta algunas cosas en las que pensar cuando se crea una identidad de marca exitosa.
El color es algo que se te pega y es algo que muchas marcas usan para hacerse memorables. Los colores evocan sentimientos y pueden ser usados para crear y cultivar una cierta esencia para la marca. Piensa en la teoría básica del color y en qué tonos pueden mejorar los sentimientos y el objetivo de la marca. Cada color evoca un efecto mental y puede ser alineado con su marca. Es tan efectivo que algunos colores incluso han sido registrados. Piensa en el azul de Tiffany y el rojo de Coca Cola.
Algo pegajoso siempre se pega a ti aunque tenga poco sentido. Los eslóganes y taglines suelen ser de 3 a 5 palabras fáciles de recordar y son la forma más sencilla de comunicar las creencias y el tono de la marca. Cuando se anuncian en la televisión o en los vídeos es fácil hacer que sean un recuerdo duradero como esa canción que se te ha quedado grabada en la cabeza. Te encontrarás pensando en ellas cuando pienses en la marca.
Los medios sociales juegan un papel importante en el establecimiento del tono de una marca, ya que es como si la marca le hablara al mundo. La gente quiere escuchar lo que esta marca está pensando y para que su marca tenga una presencia creíble en los medios sociales, necesita un tono a seguir. El tono y la consistencia van de la mano para complementar las creencias y la misión de la marca. Si cambias de tono día a día, tu marca no será creíble y la gente se preguntará qué es lo que realmente representa tu marca. Piensa en Nike que usa los medios sociales para crear un tono motivador y alentador para sus consumidores y en Dove que crea una red para potenciar a las mujeres. De la misma manera, la consistencia estética hará que la marca sea reconocible; piensa: Nike marca sus productos.
Dándole a la marca personalidad y una cierta experiencia, la gente cree que también puede tener esta experiencia. En cierto sentido, es comprar la experiencia que es idealizada y mostrada. Un ejemplo de este apego emocional es Ikea. Su estilo de diseño y marketing idealiza el diseño sostenible europeo y la calidad, así como la comodidad para crear un sentimiento hogareño. Otro ejemplo es el de los anuncios de Coca con gente feliz que se divierte mientras disfruta de la Coca-Cola. Esta estrategia de marketing apunta a los buenos sentimientos y los consumidores compran la idea que el producto representa.
Una buena marca es intemporal, memorable y comunica impresiones duraderas. Se necesita tiempo y retroalimentación para alcanzar este nivel de ser notado y reconocido.